En estos días, se acostumbra a hacer balance del año que acaba. ¿Para qué? si ya sabemos qué ha pasado. O sabemos qué no-ha-pasado. Porque Huesca sigue siendo sustancialmente la misma, salvo que las barreras de los pasos a nivel están tiesas.
Si de lo que se trata es de adivinar los efectos del 2007, habrá que mirar adelante. Y entonces nos encontraremos con un número redondo porque 2008 es esperado, desde hace mucho, como el año prodigio. Y todavía más después de eso que conoces de sobras.
Tendremos Expo cerca, aunque aquí se notará relativamente y con el escándalo asociado del palacio de congresos, al que no le van a faltar nuevos líos.
Se inaugurará PLHUS, si no se tuerce y aunque tarden en abrir o llegar las empresas, se irá llenando y será un avance indudable con alguna incógnita.
¿Habrá por fin una solución programada al polígono de las harineras? Resulta increíble que la ciudad (los ciudadanos) aguante una situación que debería contar ya con un calendario final.
Algo se meneará en el asunto de aparcamientos, sine qua non para la posterior peatonalización, aunque no se entiende la parsimonia en un objetivo que transformará Huesca a mejor de una vez. Con eso y las travesías arregladas (otra muestra de lentitud), saldremos ganando... ¿cuándo?
No sigo porque te canso. La lista es inmensa porque tenemos tanto pendiente y prometido... No faltarán luces (con permiso del cambio climático) y sombras, pero hoy pongo el arco iris como imagen de esperanza y ¿por qué no? de optimismo, pese a todo.
Por mi parte, confío en seguir contándote cosas y en que tengas la felicidad que deseas. Seguro que todos/todas coincidimos en eso pero en poco más (y así está bien).
Termino por este año (salvo noticia), sin olvidar que se acercan unas elecciones que además de lo general, podrían afectar a lo local. Es ya otro tema...
Hace 3 años
2 comentarios:
Buena recapitulación.
Yo, un año más, sólo confío en las iniciativas privadas, de empresas, asociaciones, fundaciones, de personas, que den a Huesca eso que merece. Porque si tengo que confiar en los políticos... ni aun en los que son personas.
Gracias, académico.
El problema de Huesca es que también a la llamada sociedad civil o a la iniciativa privada le ha faltado pulso durante un par de décadas. Ahora parece que asoma y ojalá saque la cabeza del todo, porque el liderazgo político local es casi nulo, en efecto.
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