Para desearnos felicidad. Para olvidar o al menos, para enviar lo peor a la carpeta de archivos temporales. Para respirar hondo y pensar que tenemos suerte de haber llegado hasta aquí, hasta hoy, y suerte de tener posibilidad de celebrarlo.
Sí, ya sé que hay mucho-demasiado de comercial en la víspera de Navidad. Incluso ahora se amplía a otras actividades terciarias también. Pero, a la vez, la Nochebuena no deja de ser como quieras/puedas vivirla. Aunque no te guste la época, las lucecitas y las tonterías, guarda el malhumor por unas horas.
Ensaya una sonrisa.
Pásalo bien.
Y si áun no has ido, busca un rato y ve a las gorgas, al lado de Nueno. Vale la pena.
0 comentarios:
Publicar un comentario