9/10/07

La prueba del algodón


No hay forma de tener un día despejado. Este martes, se corta de la cinta inaugural de una nueva industria en Huesca (30-50 empleos, menos da una piedra) y de una empresa pública destinada a la promoción turística esencialmente (¿con el aeropuerto como ariete?). Podría lucir el tímido Sol de otoño, pero los nubarrones también nos visitan.

El asunto es que Europa camina hacia un sistema universitario común, de manera que los títulos sirvan en todas partes porque se haya estudiado bajo un plan y un nivel equiparables. O sea, como el euro pero en educación superior.

En ese camino, la adaptación de cada país va a ser ardua. En España, ya no habrá licenciaturas sino grados, muchas carreras tendrán cuatro años y no cinco, las prácticas se impondrán sí o sí y… los centros donde se impartan enseñanzas incompletas, deberán dejarlo o cubrir todo el grado.

Es el caso de Medicina en Huesca: o se implantan los tres cursos que faltan hasta sexto (ésta sí seguirá teniendo seis años) o se suprimen de un plumazo los tres primeros que existen aquí y todos a Zaragoza.

No será mañana, ni el año que viene, como algún desinformado ha dicho, porque el proceso apunta hacia 2010. Tampoco es la primera vez que esa carrera está al borde de la desaparición en Huesca: por decreto fue salvada hace cinco años.

Además, si me preguntas a mí, te podré contar que tengo la certeza de que Huesca es un sitio ideal para tener su Universidad y que este servicio público o privado genera beneficios económicos, culturales, sociales... que debemos reclamar, sin renuncias, ni pérdidas, sino creciendo en facultades e instalaciones (si se fueran los estudiantes, esto sería casi un cementerio)

Pero también te contaría que daría tres cursos de Medicina a cambio de carreras completas de Arquitectura y Farmacia, ya mismo (¿dónde hay que firmar?) a pesar de que muchos conceden a esos tres cursos (unos 160 alumnos en total), una importancia simbólica porque han sido el mascarón de proa de los estudios universitarios en Huesca desde hace más de 30 años. Es decir, desde el revivir de una Historia de siglos, donde esta ciudad fue el primer campus aragonés hasta que en 1845 nos quedamos en Instituto y nada más.

Esta situación puede ser la prueba del algodón porque todos los partidos en Huesca y hasta el mismísimo Elboj han puesto la permanencia de Medicina como compromiso de su acción política e institucional.

Dado que el objetivo no es fácil pero han arriesgado su crédito e influencia, ¿lo conseguirán? ¿torcerán el morro de la renuente Universidad de Zaragoza y arrancarán las inversiones necesarias al Gobierno de Aragón? ¿tragarán lo que manden desde sus cúpulas orgánicas?

No está mal que nos juguemos un envite alguna vez, aunque sea por probar si el algodón engaña.

En la imagen: Minerva entrega a Sertorio los planos de la Universidad, óleo de Juan Andrés Merklein (siglo XVIII) para el Paraninfo de la antigua Universidad oscense.

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