27/10/07

A derribar tocan

Elboj, en su función de concejal de Urbanismo, anuncia un plan de derribos de edificios ruinosos, la mayoría situados en el Casco Histórico, incluyendo los barrios al sur del Coso.

Naturalmente, El presenta la cuestión como un logro personal, de acuerdo con su capacidad previsora. Una leche.

Habría que revisar uno por uno cada proyecto para comprobar si no es más el resultado de la acumulación de diversas ruinas en distintos espacios; una muestra del tantas veces denunciado declive de nuestros espacios urbanos más antiguos; la iniciativa de determinados constructores que, esta vez, no se trata de los habituales, aunque éstos también tienen propiedades en el centro, manzanas enteras, esperando la piqueta.

Por la parte optimista, esta cuestión supone un renovado interés por el Casco que puede encaminar su paulatina revitalización.

Por la parte realista, el derribo de algunos edificios notables choca con la idea que muchos teníamos de unos barrios que conservaran su aspecto, como han hecho en muchas otras ciudades, a partir de la rehabilitación ambiciosa (y costosa, es cierto, pero con apoyo público) de inmuebles de varios siglos atrás, no necesariamente catalogados o protegidos.

Habrá que ver cómo se construye en los solares resultantes pero tenemos ejemplos de auténticas aberraciones que han despersonalizado esas zonas históricas y afean el conjunto en vecindad con monumentos o casonas.

Y además ni siquiera van por ahí todos los tiros, porque se ha aludido más de una vez y también ahora, a la necesidad de "esponjamiento" del Casco Histórico. Es decir, crear nuevos viales, ampliar áreas libres, reordenar, hacer unos barrios distintos. "Renovación" dice Elboj.

Yo pensaba que con tanto PERI y tanta puñeta, quedaba clara la intención de mantener eso que llaman la "trama". Claro que estos documentos se pueden modificar o concretar en su desarrollo, y enfocar otro urbanismo (en amplio concepto) más espaciado para esos espacios de nuestras raíces.

Aún alabando a los constructores que se deciden a correr con el "riesgo arqueológico" y apostar por el Casco, y celebrando que haya vecinos que hagan también su apuesta vital por ir allí, no sé qué pensarás tú pero a mí me parece que derribar y "esponjar" es una solución pero no es la mejor solución.

4 comentarios:

Cambridge dijo...

¿Perdemos personalidad? ¿Qué ganamos a cambio? ¿Nuevas casas, que ya no significan nada para nosotros? ¿Tiene el casco viejo atractivo por sí mismo? ¿Qué hay ahí, de revulsivo?

Anónimo dijo...

Como dijo Jack (el destripador), vayamos por partes, aunque estoy convencido de que tus preguntas no están formuladas con estricta intención de que sean respondidas por mi parte. Sin embargo, ya que se trata de dialogar, me atrevo a hacerlo.

Sí, perderemos personalidad, aunque no en todos los casos porque edificios los hay de muchos tipos y en muchos sitios. En más de un caso, estoy seguro que si se construye con talento tendrá mejor resultado lo nuevo que lo derribado.

Podemos ganar accesibilidad, ordenación, "saneamiento" de zonas, a costa de perder otros valores en unos casos o a costa de nada o muy poco, en otros. Quizá el problema es que esos valores son irrecuperables.

¿Nuevas casas? Lo dicho

El Casco tiene atractivo o al menos a mí me gusta, teniendo en cuenta que no está hecho sólo de piedras sino también de personas.

El revulsivo está por ver, pero sigo manteniendo mis reparos.

Cambridge dijo...

Personalmente, creo que el casco viejo ha perdido parte de esa magia de antaño. Está en constante reedificación, pero unas zonas están abandonadas a su suerte, y otras, ya ni las conoces.

El Casco tampoco tiene comercio, al menos la parte alta de La Catedral. No sé, será la edad, o la nostalgia. ;)

Anónimo dijo...

Quizá lo que tratan es de ir extendiendo la reedificación como una imparable mancha de aceite, que llegue a esas partes más decrépitas. Si hay revitalización, el comercio irá llegando aunque quizá con cuentagotas porque nunca habrá "masa crítica" de clientes en las partes más altas. El Coso ejerce comercialmente un efecto centrípeto.

En cuanto a la pérdida de "magia" o de "sabor" o de "memoria", de ambiente a Casco Viejo es precisamente lo que intentaba yo decir: si "esponjamos", construimos de nuevas... tendremos un barrio renovado pero distinto, al modo de lo hecho en el Temple o en el Círculo Católico ¿Había opciones de conseguir que se conservara y renovara a la vez? Parece que no pero lo lamento.