30/10/07

Cercanía/s


El caos de los trenes de cercanías en Barcelona, causado a medias por una infraestructura deficiente tras decádas de simple mantenimiento, por los daños colaterales de las obras del AVE y por una configuración sociourbana que extiende el área de influencia de esa ciudad a cien kilómetros, tiene muchas aristas.
Me detendré en sólo dos, porque ambas tienen o pueden tener incidencia local.
En primer lugar, la cuestión de la responsabilidad política. Al menos de momento, no hay sentencia penal, ni culpables señalados. Pero es evidente que existe una responsabilidad política, porque el desastre y las decenas de miles de afectados exigen que esto no quede así. Habrá quien piense que estoy hablando de buscar un chivo expiatorio. Pues no. Esoy hablando de que en Democracia se es responsable ante los ciudadanos, para lo bueno y para lo malo especialmente. Hay que irse a casa sin esperar a que se desborde la crisis o se imponga una destitución o las urnas sancionen el despido. Dimitiendo se hace Democracia.
Y se da ejemplo, porque casos ha habido y habrá en todas partes donde sea necesario tener una referencia de alguien que actuó con la gallardía de afrontar su responsabilidad. En el Ayuntamiento de Huesca, por citar una institución cualquiera, hubo quien envió a la policía para averiguar la residencia de unos ciudadanos (puede ser normal) con reconocida intención de transmitir esos datos a empresarios privados para facilitar su actividad particular (¿es normal?). Y no dimitó nadie. ¿Qué ejemplo se dio? El de "ancha es Castilla", la "ley del embudo" o lo que quieras. Otra circunstancia grave fue el atropello en el SEPES, después de que el gobierno local de entonces cometiera errores en cadena sobre ocio y seguridad. ¿Se fue alguien del cargo?
ZP ha tratado de extender una barrera que ciegue esa reclamación en Barcelona, poniéndose al frente, en un gesto que ya veremos cómo acaba. ¿Valiente o temerario? No creo que consiga acallar el clamor, más aún cuando diluvia sobre mojado con otra tormenta en ciernes.
¿Y si la ministra cesa? Es evidente que caerá automáticamente su secretario de Estado y entonces... ¿Volverá a presentarse como candidato a diputado por Huesca quien arrastraría ese lastre sumado a la imparable sensación de que en esta tierra no nos ha ido mejor con un oscense en tan elevado cargo? ¿Se abrirán las navajas en el PSOE territorial ante esa perspectiva adicional a la incertidumbre de los resultados?
La cercanía de esos trenes de cercanías es mucho mayor de lo que parece.

2 comentarios:

PepitoGrillo dijo...

Demuestras ser una buena persona y optimista, lo que está
muy bien, pero la "política" no es tan buena persona como
tú, aunque
a optimismo oportunista te gana por goleada, por lo que no creo que se produzca ninguna
dimisión. La política sólo aparenta
gozar de buena salud pero está bastante corrompida; a veces
de forma exagerada, la oposición pide dimisiones sin una
sólida justificación y quien está
acostumbrado a tomarse esto a chirigota, tiene una expléndida coartada
para cuando debería ir en serio, además de que ¡
qué extraña fascinación ejerce el
poder... !

Anónimo dijo...

Tienes razón pepito: se ha abusado de la "petición de inmediata dimisión de..." (lo del PP ha sido lamentable en este aspecto) y ese acto modélico ha perdido referencias válidas. Sin embargo, creo que sería preciso recuperarlo.

Sobre la "bondad" de la política nada que hacer. Por ejemplo, ZP no acudió a Barcelona por otra razón que no fuera el cálculo de votos en juego y la convicción de que así era mejor para frenar la sangría. Nada más.

Pero eso mismo me produce la duda respecto a la situación que se crearía en Huesca si tienen que presentar a un secretario de Estado destituido...