Expo a la vista

Nos hicimos ilusiones vanas. Pensamos (nos vendieron) que una Expo en Zaragoza serviría para que, de rebote o por simpatía como las bombas, nos cayera alguna inversión. A la vez, imaginamos que podría ser utilizada para una promoción añadida de nuestra ciudad. Incluso vimos la oportunidad de impulsar iniciativas propias con esa excusa.

Nada de esto ha sido así y creo, de verdad, que tampoco es motivo para abrirse las venas. Hay sentimiento de decepción, pero la causa fundamental es la tontuna de nuestros políticos locales o autonómicos al anunciarnos que habría maravillas para Huesca también o de aquellos otros que se han cansado de reclamar un aprovechamiento planificado. Les creímos y pecamos de ingenuos porque era de esperar que no, salvo milagro.

A ver. La Expo es en Zaragoza y el grueso de los euros ha ido allí y su onda expansiva no ha pasado de la rotonda de la MAZ. Tampoco en Zuera habrán registrado nada y eso que están a tiro de lapo.

¿Inversiones aquí? Las que se debe hacer, habrá que hacerlas. Por ejemplo, recuperar las riberas del Isuela y del Flumen está pendiente y pensar que, como el agua es asunto central de la Exposición, se tenía que hacer ahora por bemoles... Al revés: la masa de los presupuestos públicos se ha focalizado a orillas del Ebro, y los demás quedamos en la penumbra. Zaragoza sí lo ha notado dentro y fuera de Ranillas. Para Calatayud o Barbastro, digamos, nada o leves propuestas de excusa.

¿Promoción turística? Podemos inundar de folletos que el resultado sería parco o al menos dudoso. Quien venga a la Expo de propio y desde lejos, será un porcentaje menor de la cifra total de visitas al recinto y difícilmente improvisará una escapada. Ni siquiera hemos presenciado un aluvión de anuncios de las agencias de viaje con paquetes todo incluido. Aunque existir, existen, se mantiene en lugar destacado la oferta de Punta Cana y Mallorca. Ni se han enterado de que aquí hay un aeropuerto, por citar un ejemplo, ya que la actividad es nula en Monflorite. Los restantes visitantes (aragoneses y peninsulares del centro y del norte) ya saben que Huesca existe y suponen lo que hay: osos por la calle, aldeanos pintorescos y ese tipo de prejuicios. Ni siquiera el empeño en darle un barniz de modernidad a nuestra imagen se habría sustraído al agujero negro Z-2008 que todo lo traga. No habría calado. Hay que estar sí, pero sin matarse.

En cuanto a las iniciativas locales, ya sabes. En Huesca, poner como justificación de una obra interna o de un plan propio, que en Zaragoza se hace no sé qué, es de risa (con Expo o sin ella, íbamos a tener palacio de congresos).

Es síntesis, los 70 kilómetros siguen siendo para la mayoría de personas y de ocasiones, más de 700. Esta Comunidad son dos. Nada nuevo.

A última hora (al inicio del mandato no había perspectiva alguna), se ha conseguido un par de premios Nobel, alguna "semana temática", lanzar el palacio multiusos (ya veremos) y lo que se vaya a hacer. Entre eso y nada..., pues vale. Había que traer algo porque nos dará presencia. También ha habido una notable participación de empresas de aquí y de trabajadores oscenses. Bien.

¿Estas constataciones restan o añaden motivos para que nos parezca bien -o mal- que se haya montado ese tinglado en la capital del Reino (de Aragón) o para que vayamos a echar un ojo y hasta disfrutarlo? Pues no. Yo iré. Más de un día y de dos. Muchos iremos. Con la misma disposición de ánimo que fui (me llevaron) a Sevilla en 1992 o que repito en Port Aventura cada dos o tres años. A pesar de que esta vez, no pueda evitar una sensación (¿infundada?) de ocasión perdida para Huesca, para Teruel, para...

Ya te contaré. Por lo pronto, gracias a la Expo, puessss...


[La foto de arriba es un meandro (o dos), pero del río Flumen]
[Más opiniones: Karlos, Villafeliz, Orús]