¿Y bien?

Este Ayuntamiento y sus dirigentes son la pera. ¡Qué digo! Son la pera limonera.

Va el mes de enero hacia su tercera semana y el proyecto de presupuestos ni siquiera asoma las orejas por el horizonte. En la espera, lo mismo se anuncia una ordenanza cívica con su borrador ya hecho pero no lo enseñan, que se prometen nuevas esculturas. ¿Y de las cosas de comer? Nada.

Habíamos dejado el asunto pendiente cuando cayeron en la cuenta de que este año se pagaría el palacio de congresos, al personal y poco más. Ya hace días que eso estaba en las previsiones de todos, menos de ellos quizá. Por eso, no habían ajustado las cifras y fueron quitando de aquí y de allí, hasta sorprenderse ante un resultado horripilante. Impresentable. Por eso, no lo presentaron.

Es una suposición pero tiene mucha pinta de ser verdad.

Vale, la concejala encargada podría haber estado más diligente. Sin embargo, tácitamente hemos aceptado este pulpo del retraso como animal de compañía. Hasta que el animalito parece haber venido para quedarse y empieza a pedir alguna obra, alguna inversión, alguna mejora... y no hay para darle.

Pasan los días y las semanas, la arena del reloj está toda abajo y... ¿Y bien? IU reclama con algunos argumentos cargados de razón.

Este no es un asunto de gestión o de programa. Esto es pura y puñetera política. Hay que priorizar. Coger ese toro por los cuernos. Explicarle al ciudadano qué pasa. Echarle valentía y soluciones (¿ingresos extraordinarios?). Apretarse el cinturón en los gastos superfluos. Cerrar de una vez los cálculos y poner la maquinaria a funcionar para cumplirlos.

Este Ayuntamiento ha dejado de caminar en dirección equivocada para simplemente dejar de caminar.

¡San Vicente les y nos ilumine!