...volando vengo

Hace poco en este blog, dialogamos sobre el aeropuerto Huesca-Pirineos. Volando voy...

Ahora, vuelve a anunciarse la aplazada visita no inaugural.

Quizá será el momento de dar respuestas a esas dudas que todos tenemos sobre el futuro inmediato de nuestro aeropuerto, unos más esperanzados que otros. El momento, tal vez, de proclamar un compromiso contante y sonante, más allá de el valiente riesgo de Pyrenair. No insisto porque ya lo comentamos.

Hoy, la verdadera novedad llamativa pero relativa es la aparición de un estudio realizado por varias universidades (entre ellas la de Zaragoza) sobre los aeropuertos regionales españoles. Acerca de nuestra flamante instalación, dice -ya no sé si lo afirma el estudio o lo piensa uno de sus autores- que no debería estar aquí, sino en otro sitio más adecuado para la oferta dirigida al turismo de montaña.

Ya sabemos que un camello es en realidad un caballo diseñado por una comisión de expertos. También podemos deducir que afortunadamente en muchos casos, no estamos en manos de estudiosos a la hora de que se tomen decisiones sobre inversiones o infraestructuras. En ese caso, la desértica provincia de Huesca no merecería un kilómetro de autovía, por ejemplo.

Precisamente, la apuesta (hasta en el nombre) de Huesca-Pirineos es hacer de nuestra ciudad la puerta de entrada para ese turismo, poniendo también los medios para que los 70 kilómetros a Jaca, por ejemplo, se puedan salvar en media hora por autovía o tren de velocidad alta, con suficientes enlaces, etcétera... Ningún problema supone. El reequilibrio territorial exige mirar más lejos de la miopía estadística.

Ya se dijo que Garrapinillos casi se ve o que la candidatura olímpica del Pirineo debía contar con la ampliación del aeródromo de Santa Cilia, pero de verdad ¿no es mejor que el aeropuerto esté en Huesca, más centrado geográficamente respecto a la oferta de nuestras montañas, abriendo otras posibilidades no sólo hacia esa zona Norte (vinculación al Corredor del Ebro, Guara y más comarcas...), planteando potencial también en actividades económicas (mercancías) no exclusivamente turísticas, con intermodalidad de transporte?

¿Queremos un camello o un caballo?

El estudio o el profesor añaden que Huesca-Pirineos debe contar con tarifas atractivas y bajos tiempos de acceso. Vale. De acuerdo. Y con algunas obviedades más, si hace falta citarlas.

En fin, si el turismo y todo lo que lleve aparejado tiene que estar impepinablemente más arriba de Monrepós, la industria y la universidad donde está la masa de población (en la innombrable Zaragoza), la agricultura puntera donde ya se riega porque no hay o habrá agua para más, el comercio atractivo al lado de la mayoría de clientela porque "total se tarda menos al Corte Inglés desde aquí que desde Torrero"... ¡joder, qué difícil es poner a Huesca en el mapa!


(Tenía muchos links -alguno muy curioso- para ilustrar todo este rollo pero no quiero marearte más)