Después del terrible ¿accidente? junto a la Manhattan, trato de ordenar las ideas. Quizá es pronto aún. Seguro que vamos a tener tiempo de seguir hablando sobre esto y de rectificar incluso. Por fortuna, nosotros continuamos vivos y enteros.
He visto llorar. Las palabras son inútiles. Sólo un abrazo.
Me niego a considerar lo sucedido como un hecho aislado de su doble contexto.
Por una parte, juventud, alcohol y velocidad. De este apartado, habría mucho que hablar, sin diferenciar este horroroso suceso de tantos precedentes, aunque todo indica que estaríamos ante un caso especial por la salud mental del presunto (en espera de ser juzgado) causante.
Por otra parte, la diferencia está en el contexto centrado en Huesca por la denominada “política de ocio nocturno”. Tenía escrito un análisis de tres folios. Lo he tirado. ¿Para qué tanto discurrir? No hay remedio y si alguien tiene la solución mágica que contente a todos, que garantice todos los derechos (seguridad, descanso, negocio, ocio…) por favor, que lo diga.
Si la Ley “de bares” obliga a cerrar a las 4’30 y los vecinos (con razón en general) no quieren la marcha en el centro, mientras que los demás no queremos irnos a dormir a esa hora…
Muchos dedos apuntan a la creación de una zona específica y exclusiva de ocio, con todas las bendiciones de la normativa urbanística (nada de reclasificar suelos y encubrir pelotazos), alejada (ahora y para siempre) de los barrios residenciales, espacios comerciales o industriales… o sea, lejos de todo pero sin excesivos trayectos para llegar hasta ella, que sea iniciativa y negocio para una o varias empresas privadas pero con actividad de alguna forma limitada a altas horas (a partir de las 4,30) para no competir con los bares del centro y el ambiente que hace de Huesca una ciudad especial, con un servicio de autobuses capaz de trasladar a ¿1.000? ¿2.000? personas en media hora, con aparcamientos seguros, amplios y sencillos para cientos de coches (porque no todos cogen el bus), con accesos dotados de medias de seguridad que no permitan (no sé si sólo en esa zona o en toda la ciudad y a todas horas) que ocurra ningún accidente grave, con control policial estricto de tráfico, alcohol, drogas, horarios, menores, posible violencia o vandalismo (no sé si sólo en esa zona o en toda la ciudad y a todas horas), con calidad y variedad… y sobre todo, sobre todo que esté construida y abierta YA (o hace más de un año) porque las discotecas de los polígonos hay que cerrarlas YA porque nunca deberían haberse abierto, aunque en este año y pico desde la entrada en vigor de la Ley “de bares” no hubiera alternativa alguna (quizá tendría que haberse abierto una discoteca municipal en otro sitio mejor, igual que se ponen colegios y hospitales, como un servicio público).
Seguro que me dejo algo.
¿Que ninguna iniciativa privada ha llegado aún a concretar el asunto? ¿Que no se nos garantiza bien el “derecho” a estar de marcha hasta la madrugada? ¿Que aún con esa zona especial no está demostrado que no habrá algún accidente o incidente? ¿Que cumplir todas esas condiciones es casi (¿casi?) imposible?
La culpa es de los políticos. Que dimitan.
Sin embargo, unas familias lloran. ¿Qué ha fallado?
No se trata de la “política de ocio nocturno”. Se trata de la seguridad y de otros aspectos.
La Manhattan -y la Kafka, supongo- no debería haber abierto nunca (aunque se dejara a los noctámbulos en la calle, aunque todos los grupos del Ayuntamiento aprobaron que la normativa no debería prohibir que se abrieran establecimientos hosteleros en los polígonos industriales y aunque los informes técnicos avalaron la licencia). La Manhattan debería estar cerrada a esas horas (pero quizá es lo de menos, podría haber pasado a las 4’30). Hubo controles policiales pero no estaban en el lugar correcto (¿desde dónde venía circulando ese coche? ¿desde las fiestas de Grañén? ¿por qué tenía carnet un joven con ese potencial peligro psiquiátrico que había llevado a la familia a solicitar su incapacitación? ¿por qué estaba en la calle?). Dados los nuevos usos del SEPES y del Monzú debería haberse instalado alguna medida de limitación de la velocidad (¿bandas rugosas o pasos de peatones elevados, por ejemplo? ¿cada cincuenta metros en toda la recta del polígono? ¿los empresarios de esos polígonos lo hubieran aceptado?). La Manhattan debería haber dispuesto de una acera amplia y protegida del tráfico (¿parar una bala a 150 Km/h o evitar que nadie se baje de la acera). Esa curva tiene un peralte con inclinación contraria a su giro (aunque así la construyó la SEPES)
No sigo.
La culpa es de los políticos. Que dimitan.
Pero todos. Los del Ayuntamiento, el Ministerio de Interior, la DGA, todos los que tengan competencias en Juventud, Educación, Familia, Sanidad…
Podemos filosofar sobre responsabilidad política. La hay. Pero ¿única? Ha pasado algo muy grave. Tiene que haber reacciones. Este miércoles se reúne la Comisión municipal en la materia de copas, bares... Veremos.
Unas familias lloran y yo no tengo respuestas. O tengo demasiadas.
Y encuentro un presunto culpable, pero muchos responsables. Demasiados. Nosotros mismos quizá (sobre este asunto ¿eres vecino que protesta, empresario que protesta, joven que protesta, político que protesta? o como yo y tantos ¿hemos asimilado un modelo de ocio juvenil nocivo y equivocado y por eso exigimos "políticas" en ese ámbito?).
Y, por favor créeme, me siento mal por no saber qué decir más. O he dicho más de la cuenta.
Actualizo: he introducido alguna mínima apostilla que, aún así, no evita que el texto encierre un exceso de ironías amargas y relativas omisiones por implícitas que, afortunadamente, los comentarios -gracias- vienen a cubrir.
Hace 3 años
4 comentarios:
Todo lo que quieras. Pero el problema real es, no ya la moda sino la cultura que se ha instlado hace tiempo. Ponerse hasta el culo de alcohol y pastillas y mierdas variadas. Las consecuencias las veremos en su momento. Y no serán solo accidentes de tráfico. Pero como siempre cogemos el rábano por las hojas y hablamos del ocio nocturno, de los controles, de los polígonos.
Es cierto que está de moda eso de alcohol y drogas pero mientras no pongas a nadie en peligro que cada uno con su cuerpo aga lo que quiera, la cosa cambia cuando coge el coche así y encima con tratamiento psiquiátrico.
Solo decir que ójala nuestro ayuntamiento dimita, Luis Felipe sobra y espero que sepa reconocerlo y largarse al igual que el señor Elboj.
En el propio ser humano está la necesidad de ir a más, de necesitar más, de vivir más, de aguantar más, de descubrir más, y que en esa búsqueda, o zafarrancho, arda Troya, y lo que esté alrededor.
El problema es que, nuca ha habido más, sino menos. Todo es un espejismo, que sale, visto lo visto, muy caro.
Pienso que es hora de replantear las cosas de nuevo.
Pero claro, la fatalidad, siempre es huérfana, aunque tenga cientos de padres.
Gracias por vuestras aportaciones. Creo que haciendo una mezcla de todas ellas, estaríamos más cerca de la verdad. Aunque no sé si llegaríamos a ponernos de acuerdo... ¿Qué creeis?
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